29 de octubre de 2008

La Selva de Irati.

Ubicación: Selva de Irati, Navarra.
Distancia desde Madrid: 497 Km.
Fecha de la excursión: Octubre de 2008.
Dificultad: Depende de la ruta elegida, de muy baja a alta.
Recomendaciones: Calzado de monte. Agua. Comida


Este paraje del Pirineo navarro ha sido objetivo nuestro desde hace muchos años aunque, a decir verdad, la distancia que nos separaba, nos ha ido retrasando la visita hasta ahora. Pero podemos aseguraros que el viaje ha merecido, y mucho, la pena.

Selva de IratiComo solemos hacer, y para disfrutar un poco más a solas de la Naturaleza, llegamos a Irati un día de diario, con un cielo que barruntaba lluvia y una temperatura espléndida. Todo apuntaba a que los hados, una vez más, estaban de nuestra parte. Y así fue.

La población más importante cercana a Irati es Orbaitzeta. A pocos kilómetros de la salida del pueblo la carretera se bifurca ofreciendo -obviamente-, dos alternativas: a la derecha, la Selva, y a la izquierda, la antigua fábrica de armas. Y, dado que nos lo habían recomendado, optamos por la segunda.

Construída el año 1784 a la orilla del río Legarza, en el lugar que ocupaba una ferrería que estuvo en funcionamiento desde el s. XV, su emplazamiento se debió a la proximidad de yacimientos de hierro, plata y plomo, así como la abundancia de leña con la que alimentar los cuatro hornos que llegó a tener.

Fábrica de armas de OrbaitzetaComo fuerza motriz de los martinetes y para enfriar los materiales, se utilizaban las aguas del río, por lo que tuvo que canalizarse y construir una presa unos doscientos metros más arriba de la fábrica.

En ella se fabricaron bombas de hierro colado, granadas y munición de distinto calibre. Llegó a tener una plantilla, a mediados del siglo XIX, de cuarenta operarios y un número indeterminado de peones de minas. Sus "fuerzas vivas" eran el director, un médico, un capellán y dos maestros de escuela, estos últimos encargados de los cuerpos, las almas y la educación de los propios trabajadores y de sus familias, que se albergaban en unas casas anejas.

Fábrica de armas de OrbaitzetaPasó a la historia como uno de los mejores ejemplos peninsulares de arquitectura industrial, y sufrió diversos avatares a lo largo de su existencia: fue incendiada por los franceses en la guerra de la Convención, destruida por los ejércitos de Napoleón durante la guerra de la Independencia, quemada por los Carlistas en 1834 y arrasada por dos incendios fortuitos en 1869 y 1871. Pero tantas veces fue destruída, otras tantas fue levantada de nuevo, hasta que -dado el desastroso balance de su existencia-, cerró sus puertas en 1873, según indican unas fuentes, o en 1884, según datan otras.

Fábrica de armas de OrbaitzetaA pesar del peligro que entraña pasear por estas ruinas -de hecho, están valladas- sus restos, en perfecta simbiosis con la vegetación, tienen su encanto, y sirven para mantener el recuerdo de esa armería, levantada y mantenida, a pesar de las adversidades y contra toda lógica, a tan sólo 5 Km. de una frontera enemiga.

Y ahora teníamos otras dos opciones: o seguir subiendo por la carretera para ver los monumentos megalíticos que hay un poco más cerca de la cumbre, en Azpegi, y visitar la cueva de Arpea, o bajar ya a Irati. Y como también nos recomendaron la primera, pues eso hicimos, aunque los resultados no fueron tan buenos como hubiéramos querido. No podemos culpar de ello a nadie, tan sólo a nosotros que, en esta ocasión, no fuimos lo suficientemente previsores.

Al final de esta carretera, existe otra bifurcación en forma de "T" con una pequeña pradera donde poder dejar el coche. Nada más bajar de él te encuentras con lo que parece ser una tumba...

Azpegi...y un cromlech que nos pareció -observad la piedra más ancha del centro- "retocado" recientemente.

AzpegiPor lo que hemos sabido después, en la zona existen también dólmenes y los restos de una torre romana, la de Urkulu, pero como no llevábamos plano -primer error-, no supimos encontrarlos.

Bueno, pues volviendo a la bifurcación que comentábamos antes, mirándola de frente, a la derecha, se llega a la cueva de Artea. Aquí tuvimos un acierto y un error más. El acierto fue dejar el coche y echar a andar, ya que una señal indica que está a tan sólo 3 Km. y nos apetecía pasear. Y acertamos echándonos a andar porque la pista, que está asfaltada, y al principio mide unos cuatro metros de ancho, termina teniendo tres metros escasos, está en muy mal estado en algunos tramos, no hay quitamiedos durante todo el recorrido -habiendo unos terraplenes considerables por la parte de fuera-, y tiene unas pendientes muy pronunciadas, por lo que, de habernos cruzado con otro coche, lo hubiéramos pasado bastante mal.

Buitres en AzpegiAl final de la pista existe un pequeño aparcamiento -de verdad que hay que ser un auténtico valiente para llegar en coche- y una caseta. A su izquierda se ve una pequeña vereda que, adivinas, es la que te llevará a la boca de la cueva, y aquí descubrimos el que fue nuestro segundo error: no nos habíamos calzado las botas -íbamos en playeras-, ni habíamos cogido los bastones, el camino se reducía a unos 35 cm. de ancho, estaba mojado y resbaladizo por la humedad de la mañana y teníamos a nuestros pies un bonito y pronunciado desnivel que, de caer por él, no puedes parar hasta llegar al fondo, el cual, calculamos, estaba a unos 100 ó 150 m. más abajo. Así que, aunque teníamos muchas ganas de llegar hasta el final, pudo la razón -o el miedo, quién sabe- y nos dimos la vuelta, no sin antes hacer unas cuantas fotos.

Cueva de ArpeaY de regreso al coche, ahora ya sí, a La Selva.

Volviendo a la primera bifurcación hay que desviarse a la izquierda. Al poco de entrar existe un albergue -muy limpio- con una pequeña barra de bar en la que poder avituallarnos con unos buenos bocatas, bebidas e incluso fruta. También tiene un restaurante en el que tuvimos el placer de degustar unas ricas alubias rojas y unas excelentes truchas.

Irati. VacasSiguiendo la carretera se llega al Punto de Información, en el que una señora muy amable nos dió todas las explicaciones que nos fueron necesarias -ay, si lo hubiéramos hecho antes...-.

Bueno, pues ahora toca recorrer 6 Km. de pista asfaltada, muy cómoda y con un ancho de 4 m., suficiente para que quepan dos coches sin apuros -a no ser que te encuentres al cenutrio que nos encontramos nosotros-. Y ya desde el principio... el paraíso. La arboleda se abre ante tus ojos, los colores verdes, naranjas, pardos, ocres, rojizos, inundan la vista y no sabes donde posarla... Este vídeo es muestra palmaria de lo que allí encontramos.




Al final de la pista, y para no perder la costumbre, hay otra bifurcación. Ambos tramos van a parar a sendos aparcamientos, muy cercanos el uno del otro. El de abajo te deja muy cerca del embalse y la presa de Irabia; el de arriba es el comienzo de varias rutas.

Aconsejados de nuevo, en este caso por la señora de la caseta de información, bajamos hasta la presa, y aquí ya... bueno, la verdad es que no dimos -ni damos- con las palabras acertadas para describir el entorno.




Pero antes de empezar a caminar por ese vergel, no tuve más remedio que fijarme en la presa, en sus mecanismos y en la central eléctrica asociada a ella -lo siento, las presas son obras de ingeniería civil que me atraen no sé por qué-.



Maquinaria. Embalse de IrabiaRebosadero. Embalse de Irabia

Construida en el año 1922 para producir electricidad, transportar madera y regular el caudal del río Irati, su embalse ha sido ampliado en varias ocasiones.



Rebosadero. Embalse de IrabiaCentral eléctrica. Embalse de Irabia

En él se recogen las aguas de los ríos Egurgio, Contrasario y del propio Irati. Tiene una capacidad de 14 hectómetros cúbicos.

Selva de IratiDesde este mismo punto se puede comenzar la que quizás sea la ruta más sencilla de todas las que se pueden hacer en La Selva de Irati, la que rodea el embalse, un auténtico paseo militar de 10 Km., con un desnivel muy bajo, e ideal para cualquier tipo de condición física. La única precaución a tener en cuenta es que, en los primeros kilómetros, que deben ser los más transitados, el suelo está "pavimentado" con guijarros para evitar los barrizales, y recorrerlos con playeras puede llegar a ser incómodo.

Selva de IratiLa Selva de Irati es un territorio de 17.000 hectáreas repartidas entre Navarra y Francia. Su masa foretal, constituida principalmente por hayas y abetos, le convierten en uno de los bosques europeos más extensos y de mayor riqueza medioambiental.

Selva de IratiA pesar de la explotación forestal, ha mantenido intacto su encanto, y posee parcelas de bosque que ofrecen incomparables paisajes.

Selva de IratiDos de las zonas mejor conservadas de Irati han sido protegidas y declaradas Reserva Integral, son la Lizardoia y la de Mendilatz.

Selva de IratiEl paraje de Lizardoia es un hayedo-abetal situado en la cara norte de Contrasario. En Mendilatz existe un hayedo muy bien conservado sobre un suelo kárstico.

Selva de IratiSu abundante vegetación sirve de refugio y alimento para numerosas especies animales. Ciervos, jabalíes, martas cibelinas, zorros, corzos... conviven en perfecta armonía con pinzones, petirrojos, pájaros carpinteros y zorzales comunes entre otros.

Selva de IratiEl monte de La Cuestión, situado al este del pantano, ha sido siempre muy apreciado debido a la explotación de la madera existente por el sistema de almadías, ya que allí confluyen los ríos Urtxuria y Urbeltza.

Selva de IratiPero, sin lugar a dudas, la principal riqueza de La Selva de Irati, está en sí misma, en su paisaje, en su arboleda, en su silencio... Caminar, parar, mirar, volver a caminar, volver a parar, volver a mirar...



Selva de IratiSelva de Irati
Selva de IratiSelva de Irati

Por cierto, si no os gusta compartir vuestro bocadillo con las hormigas, no habréis de preocuparos, porque hay una señal en la entrada que las prohíbe el paso.

Selva de IratiPor último, un ruego: lo que tengas que tirar al suelo, guárdalo en tu mochila o en una bolsa y déjalo después en algún cubo de basura.

14 comentario(s):

Eulogio Diéguez Pérez (Logio) dijo...

Me ha encantado el post y la recomendación final.
Habrá que ir algún día.

Anónimo dijo...

¡Hola, Eulogio!

Me alegra saber que te ha gustado, te recomiendo la visita.

En cuanto a la recomendación final, siempre la hacemos en todas las entradas de nuestras excursiones por el campo, lamentablemente, aún hay personas que creen que bolsas, papeles y demás, son "biodegradables".

Espero poder pasarme mañana por tu blog, que lo tengo muy "abandonao".

¡Un fuerte abrazo!

David Piñeiro dijo...

Joé que envidia de viaje. Y eso que yo no soy muy de campo, pero hay que reconocer que es precioso.
Oye, muy bien las fotos y muy detallado el post.

Ah, y no te preocupes, no me debes nada. Yo también anduve muy liado estos días, llevaba 2 semanas sin postear nada y casi sin visitaros a los demás. Si es que voy a tener que dejarlo todo y hacerme bloguero profesional porque si no... ;)

Un saludo Max.

Unknown dijo...

muy bueno el post

una linda forma de "viajar" sin viajar

espero algun dia tener el tiempo y dinero para recorrer los lugares que recomiendas y otros mas

saludos

Anónimo dijo...

¡Hola, David!

Lo mismo nos pasaba a nosotros cuando nos hablaban de este lugar, pero... nos hemos desquitado, y bien. :D Aunque, como tú dices, no seas muy de campo, merece absolutamente la pena.

Y si alguna vez decides hacerte profesional, cuenta con nosotros, que te haremos la publicidad que te haga falta y "de gratis".

¡Un abrazo!

Anónimo dijo...

¡Hola, Beno!

Si te organizas bien, no te sale tan caro, así que no te lo pienses y anímate.

Nos alegra mucho que te haya gustado la entrada. Recibe un cordial saludo,

Marta dijo...

jajajaja, venía esperando encontrar un blog de cocina, llevada por la curiosidad, pero caray!!éste me ha encantado!!es que además de cocinar me encanta hacer rutas!así que me la apunto!tiene una pinta estupenda.

Anónimo dijo...

¡Hola, Martuki!

Pues me alegra mucho que te haya gustado la entrada, espero seguir viéndote por aquí.

Muchas gracias por tu visita y por tu comentario. Recibe un cordial saludo,

Anónimo dijo...

Como me he podido perder estos estupendos lugares que posteas.
Me encanta Max, por cierto las fotos son geniales. Tengo yo también en proyecto hacer un blog con una temática parecida relacionada con mi región, que la suelo patear con mi cámara.
Saluditos

Anónimo dijo...

¡Hola, Josete!

Pues te animo a que las hagas todas, de verdad que merecen la pena.

Me alegra que te gusten las fotos, son "Made in Max & su santa", me consta que me las están fusilando sin hacer la menor mención, pero bueno, como digo siempre, lo publicado es público.

¡Un abrazo, y adelante con el proyecto que ya tienes un cliente!

Anónimo dijo...

Irati, encantado lugar.

La primera vez que fuimos, nos recibió un bosque de otoño tardío, queriendo perder sus rojas hojas, que alfombraban ya el suelo.

Pero tuvimos la suerte de encontrarlo así mismo nevado.

La crómatica era entonces: rojo (y amarillo) en las copas, mezclado a ratos con verde. Grises eran los troncos, aunque el verde intenso del musgo acompañaba; y por ultimo, blanco el suelo, moteado de ocres de las hojas ya caidas.

Simplemente, brutal.

No words.

Anónimo dijo...

¡Hola, Ankagua!

Pues nevado debe ser también una hermosura...

Estoy totalmente de acuerdo contigo, no hay palabras para describirlo, particularmente, es uno de los parajes que más nos han impactado de los que conocemos.

Te agradecemos mucho tu visita y tu comentario. Recibe un cordial saludo,

Admin dijo...

Impresionante artículo por las fotos y el comentario, tomo nota para una futura visita que haré este verano. Entre esto y lo que he encontrado en Información de la Selva de Irati creo que tengo información suficiente para no perderme nada de la Selva de Irati. Un saludo

Anónimo dijo...

¡Hola, Adrián!

Me alegra mucho saber que el artículo te ha servido de ayuda.

Una cosa más: si tienes pensado ir en verano, lleva gorra, porque le debe pegar el sol de lo lindo (nosotros estuvimos en otoño).

Un saludo, y disfruta,

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