El Arroyo de la Saúca.

Ubicación: Alameda del Valle, provincia de Madrid.
Distancia desde Madrid: 95 Km.
Fecha de la excursión: Mayo de 2008.
Dificultad: Baja.
Recomendaciones: Agua.


Alameda del Valle es el punto de partida para hacer la ruta de El Arroyo de la Saúca, de sentido circular y una duración de entre tres y cuatro horas. El camino, muy cómodo de recorrer y muy bien señalizado, discurre en su totalidad a lo largo de una pista forestal.


Para llegar al pueblo se puede ir por la N-I y tomar la salida 69 sentido a Rascafría, o bien por la N-VI, desviándonos en Villalba para subir hasta el puerto de Cotos y, una vez allí, descender en sentido a El Paular.

Si hemos entrado a Alameda desde Pinilla, nada más rebasar el cartel indicativo del nombre de la población, hay un camino de tierra por el que se puede entrar y aparcar el coche, aunque nosotros preferimos dejarlo en una de las callejas del pueblo.

Una vez en el camino, comenzaremos a andar por él y al poco nos encontraremos un cartel explicativo con las dos rutas que se pueden hacer: la número 1, indicada con color rojo, es la que lleva al Palancosillo y la número 2, marcada en azul, es la que seguimos nosotros al arroyo de la Saúca.

En esta zona se da una gran variedad de flora y podremos encontrar majuelos, endrinos, zarzamoras, algún que otro acebo...


El árbol más abundante es el fresno (fraxinos angustifolia). Su porte, trasmochado o descabezado, ha sido modificado a lo largo de los años por los pobladores del lugar para sacar mayor provecho de sus ramas -empleadas para la fabricación de herramientas- y sus hojas, éstas últimas alimento para el ganado a finales del verano y el invierno.

Al principio del camino podremos ver un buen número de granjas ganaderas, y alguna que otra ternera aficionada a ver lo que hay al otro lado de la valla.

Según vayamos andando nos iremos adentrando en un bosque majestuoso al que aún no había llegado -a pesar de las fechas- la primavera.

Más o menos a la mitad del camino encontraremos un puente que cruza el arroyo de la Saúca, del que nos llamó la atención la cantidad de agua que bajaba por él.

Dependiendo la hora, puede que este sea un buen momento para apartarse del camino y tomar algún tentempié, por ejemplo, un buen bocadillo de jamón con pimientos que un lagarto de vivaces colores mira con ojos golosos pidiendo que lo compartamos con él.

Y después de dar buena cuenta de tan delicioso manjar, continuar andando el camino muy, muy despacio, disfrutando de la soledad y el silencio, tan cotizados en nuestros días y tan baratos en este lugar...

...sin dejar de mirar a nuestro alrededor para que no se nos escape ni uno solo de los paisajes que ofrece este rincón de la provincia de Madrid.


Por último, un ruego: lo que tengas que tirar al suelo, guárdalo en tu mochila o en una bolsa y déjalo después en algún cubo de basura.